martes, 1 de septiembre de 2009

Una pareja de ancianos baja del autobús(Rodolfo Serrano)





En sus pies arrastraban todos los días del mundo.
Y en sus ojos de agua estaba la tristeza
de quien todo lo ha visto y nada ha sido suyo.

Había como un miedo a un futuro que era
corto como los besos robados en la noche
o como la palabra de amor no pronunciada.

La cogió dulcemente de la mano, muy tenue,
como si aquellos dedos fueran cristal,
latidos de un corazón cansado y entreabierto.

Posiblemente fuera la angustia de los lunes
en sus cuerpos vencidos lo que andaba con ellos
o ese viejo temor a un mañana improbable.

Se fueron, lentamente, perdidos entre el ruido,
sabiendo que la vida era sólo el segundo
siguiente a ese segundo de la mano enlazada.

Sabían que el pasado empujaba sus cuerpos.
Y el tiempo no podría jamás, jamás, con ellos,
por mucho que los años derrotaran la carne


(Un Regalo para Mis Galleguitos Adorados!!!)