Trazando la línea
"Ser amable con todos. No faltarle el respeto a nadie. Ayudar cuando se pueda. No herir ojala que ni en defensa propia. Ser honesto pero no cruel. En eso creo. Eso es lo que me exijo a mi misma cada día y lo que trato de enseñarles a mis hijos. Pero también empecé a creer en la libertad de elegir qué quiero en mi mundito, en mis días, en mi ambiente. Y definitivamente hay personas que no quiero cerca. Por su energía, por sus palabras, acciones, silencios o ausencias. Ni buenos ni malos. Trato de no juzgarlos pero me obligo a identificarlos. Por respeto a ellos, a los otros y a mi misma. Somos todos iguales pero distintos. Celebro las diferencias pero trazo la línea cuando son irreconciliables. Me protejo.
Creo en los malos entendidos e incluso en las peleas que tienen remedio. He apostado a nuevos comienzos y oportunidades. Inclusive con aquellos que pudieron haberme lastimado. Yo lastimé alguna vez y me equivoqué reiteradas veces. Pero ya no creo en mi viejo mandato de tener que querer a todos. Mucho menos quiero dejar la vida o llegar a desconocerme con tal de que me quieran. Voy decidiendo no dar tanto lugar a lo que me hace mal. Ya tengo edad, historia, aciertos y fracasos que me habilitan en la elección de los personajes que forman esta obra que es mía porque es mi vida. Me autorizo sin tanto juicio a alejar aquello que me resta. Me conozco, tengo memoria, tengo mi intuición y ya se cómo evitarme algunos malos ratos.
Quiero respetar y ser amable pero más quiero alejarme de los que me complican las horas y me generan desvelos. A veces con explicación y a veces sin ella. Porque sí y, porque no todos podemos con todos. Yo muchas veces, apenas puedo conmigo…
Pasan los años, me conozco cada vez mejor, valoro mi compañía y defiendo lo que me queda de vida. No necesito llenar espacios ni tiempos. No quiero cumplir con obligaciones sociales ni vínculos impuestos. El tiempo es poco. Los afectos me suman cuando son reales, cuando fluyen y nutren. Cuando somos dos en la elección y en el cuidado.
En muchos aspectos esta vida no da elección. Pero yo digo que a quién llamar cuando necesitamos amor o a quiénes elegimos como compañeros de viajes, con quiénes paseamos, compartimos almuerzos, comidas, vinos u Oreos, o con quién reímos, lloramos y en quién confiamos, esas Sí serán siempre nuestras elecciones: las de este lado de la línea, las que nos hacen dormir seguros, en paz y cuidados.
Los otros, por favor, del otro lado. He dicho"
"Ser amable con todos. No faltarle el respeto a nadie. Ayudar cuando se pueda. No herir ojala que ni en defensa propia. Ser honesto pero no cruel. En eso creo. Eso es lo que me exijo a mi misma cada día y lo que trato de enseñarles a mis hijos. Pero también empecé a creer en la libertad de elegir qué quiero en mi mundito, en mis días, en mi ambiente. Y definitivamente hay personas que no quiero cerca. Por su energía, por sus palabras, acciones, silencios o ausencias. Ni buenos ni malos. Trato de no juzgarlos pero me obligo a identificarlos. Por respeto a ellos, a los otros y a mi misma. Somos todos iguales pero distintos. Celebro las diferencias pero trazo la línea cuando son irreconciliables. Me protejo.
Creo en los malos entendidos e incluso en las peleas que tienen remedio. He apostado a nuevos comienzos y oportunidades. Inclusive con aquellos que pudieron haberme lastimado. Yo lastimé alguna vez y me equivoqué reiteradas veces. Pero ya no creo en mi viejo mandato de tener que querer a todos. Mucho menos quiero dejar la vida o llegar a desconocerme con tal de que me quieran. Voy decidiendo no dar tanto lugar a lo que me hace mal. Ya tengo edad, historia, aciertos y fracasos que me habilitan en la elección de los personajes que forman esta obra que es mía porque es mi vida. Me autorizo sin tanto juicio a alejar aquello que me resta. Me conozco, tengo memoria, tengo mi intuición y ya se cómo evitarme algunos malos ratos.
Quiero respetar y ser amable pero más quiero alejarme de los que me complican las horas y me generan desvelos. A veces con explicación y a veces sin ella. Porque sí y, porque no todos podemos con todos. Yo muchas veces, apenas puedo conmigo…
Pasan los años, me conozco cada vez mejor, valoro mi compañía y defiendo lo que me queda de vida. No necesito llenar espacios ni tiempos. No quiero cumplir con obligaciones sociales ni vínculos impuestos. El tiempo es poco. Los afectos me suman cuando son reales, cuando fluyen y nutren. Cuando somos dos en la elección y en el cuidado.
En muchos aspectos esta vida no da elección. Pero yo digo que a quién llamar cuando necesitamos amor o a quiénes elegimos como compañeros de viajes, con quiénes paseamos, compartimos almuerzos, comidas, vinos u Oreos, o con quién reímos, lloramos y en quién confiamos, esas Sí serán siempre nuestras elecciones: las de este lado de la línea, las que nos hacen dormir seguros, en paz y cuidados.
Los otros, por favor, del otro lado. He dicho"
Este Texto No Es Mio. Y Con eso de No Es Mio, quiero decir no lo escribí yo, (lo hizo https://www.facebook.com/pages/Blog-de-Jess/375017029198634?fref=ts) pero Lo Hice Mio, Lo Tomé como propio, por necesidad, y por identificación. Hace tiempo que me siento así, hace tiempo que sabiendo que uno no da (siempre) para recibir, quiero recibir sin dar, quiero que quieran estar conmigo (o no) pero no que (o solo cuando) me Necesiten.
Quizás quiero mucho, y sè que a los que quiero los quiero mucho, pero será que estoy tratando de quererme yo un poco (algún día me querré mucho más), será que empece a ir viendo como solucionar mis problemas y mis mambos, y los ajenos manejarlos con el derecho de permanencia y admisión.
Simplemente paré y me fui poniendo de pie, buscando el equilibrio, sosteniéndome como puedo, tratando de no caer, y si lo hago, poner las manos al menos, amortiguar.
En fin acá estoy, de este lado, trazando una linea, tachando lo que no necesito ni quiero en mi vida, subrayando y remarcando lo bueno que me rodea y me regala sonrisas.
Tomando decisiones y posiciones, de este lado de la vida.